Psicoterapia infantil
“Aléjame de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños”
Khalil Gibran
El amor es la mejor base para poder acompañar a la infancia.
La infancia es una etapa fundamental para la conformación de un apego seguro y unos hábitos y rutinas (alimentación, descanso, juego, etc.) que sirvan para sentar las bases de la arquitectura intelectual y el desarrollo de una personalidad sana y equilibrada.
Invertir en salud
No existe tarea más relevante y al mismo tiempo compleja y agotadora que cuidar y educar a la infancia.
Contar con asesoramiento especializado y dotar a las familias de estrategias para afrontar los retos de la etapa infantil es nuestra misión fundamental, para prevenir y para paliar dificultades.
No existen padres ni madres perfectas y no hay manual que sirva para todos. Adaptarse a cada menor y a cada familia requiere experiencia, compromiso y muchas dosis de empatía. Cuenta con nosotros y pide asesoramiento.
¿Cómo educar?
¿Cómo ayudo a mi hijo/a a manejar sus emociones y frustraciones?
¿Qué hago si mi hijo/a tiene problemas de autoestima?
¿Cuál es la mejor manera de establecer límites sin ser demasiado estricto?
¿Qué hago si mi hijo tiene dificultades para aprender a leer o escribir?
¿Cómo me comunico de manera efectiva con sus maestros/as?
¿Cuánto tiempo de pantallas es adecuado para su edad?
¿Cuándo es adecuado que mi hijo/a tenga su primer dispositivo móvil?
Cuenta con nuestra experiencia y solicita una 1ª cita de consulta gratuita sin compromiso.
Entre las problemáticas más comunes tratadas en nuestro gabinete y que requieren una especial implicación de la familia, encontramos las siguientes:
- Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH),
- Trastorno Oposicionista Desafiante,
- Trastornos de la alimentación en la infancia,
- Trastorno del Espectro Autista (TEA),
- Fobias específicas, etc.
Psicoterapia de familia
"Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón. Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la emoción de la razón."
Eduardo Galeano
